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Te presento tu TEATRO

Estamos de acuerdo en que la sensación de volver a casa después de un largo día y dejarte caer en el sofá es una de las sensaciones más gratas que pueden experimentarse en vida, ¿verdad? Pues no es por generar falsas espectativas pero LA CASA DE ROVODOROVSKY pretende hacerte sentir así de bien (o casi) ofreciéndote un espacio de lo más acogedor.

El teatro cuenta con un aforo de cuarenta butacas repartidas en una platea y en un pequeño palco. ¡Y qué butacas! Desde luego, lo difícil no es venir al teatro... Lo complicado es querer marcharse... 

Si quieres saber más, no salgas de esta página y deslízate hacia abajo.

 

Desvelamos algunas peculiaridades de la joyita de la corona de LA CASA DE ROVODOROVSKY TEATRO (que no es otro que el propio TEATRO, valga la redundancia):

-Las butacas numeradas de 4 a 33 están dispuestas en cinco filas y gozan de buena visibilidad.

-Las butacas numeradas de 1 a 3 están pegadas a la pared. Aunque pueda parecer incómodo pues el escenario queda a un lado, lo cierto es que la visibilidad es muy buena y la calidad del asiento juega a favor.

-En el palco se encuentran las butacas numeradas de 34 a 40. La visibilidad desde arriba es única, y estar en alto como la "Condesa de Merteuil" le aporta un valor añadido muy especial a la visita. Eso sí, la barra de seguridad puede interponerse entre la visión del asistente y su objetivo en algunos casos y hay muy poca altura (para el acceso y la salida puede resultar tedioso si mides a partir de un metro ochenta).

-La sala cuenta con un espacio para una persona con movilidad reducida.

-Y lo mejor de todo (que hemos dejado para el final y te va a encantar): 

¡ESTÁ PERMITIDA LA ENTRADA AL TEATRO CON UNA CONSUMICIÓN DEL BAR!

ROVODOROVSKY opina...

"Querid@ amig@,

"Siéntase como en casa" es, obviamente, una hipérbole. 

Si hago un comentario tan ingrato en una página web que no tiene otra finalidad que la de vender el producto no es por tirar piedras en mi propio tejado... Se debe a una serie de experiencias desafortunadas que han tenido lugar en mi rinconcito de las Artes. 

Aprovecho, pues, para recordar que queda terminantemente prohibido descalzarse y poner los pies en la nuca del espectador de la fila de delante, hacer gárgaras con enjuague bucal en mitad de un silencio escénico o quedarse en ropa interior para estar más fresquito...

¿Dónde demonios se ha creído que está? ¡¿En su casa o qué?!

Un cordial saludo."

Alexander Fyodor Rovodorovsky

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